Cuando salga de las cadenas de la rutina las simplezas de mis palabras fluirán por tus lindas orejas.
Mis intenciones serán tus besos, mis palabras tus deseos.
Pero lo único que yo quiero es tu cariño perpetuo.
Porque no me acompañas en la rutina abstracta de la vida, aquella que nos adormece. Mejor no, acá todos se han callado por los minutos que pasan, lo tuyo debe ser fluido espontaneo, risueño y mágico.
No te pierdas quédate conmigo los domingos por las tardes y los sábados en las mañanas.
Un desayuno contigo, o la cena de los dormidos, un baile para conocer tu sensualidad o una charla en tu sala y un abrazo de cariño...
Tanto te deseo que lo dejo para la acción... Una canción