jueves, 10 de abril de 2008

Rasgos de un abuso

Te quiso hacer daño, y yo te defendí, me puse a pensar por que lo quiso hacer, si tú eres tan dulce. Me preocupa verte con él.

Siempre pensé que tú serias para siempre mi enamorada, y la única en mi vida. Ahora tengo tres hijos, y no concibo que un desgraciado como él te golpeo, y a pesar de eso siga viviendo contigo, y no se porque le permites regresar cada sábado arrepentido, con tufo en la boca y pasadazo en marihuana. Y pensar que nunca me permitiste fumar porque decías que me haría daño; y cada vez que peleábamos – discutiendo - , se te hacia difícil perdonarme.

Sábado en la mañana – Tocan a la puerta, sorpresa eres tu… tu… Pero que, estas golpeada; ya se lo que paso, no mereces esto. Me dices que te votó, y estaba con otra, no te dio nada de comer, y te robo lo poco que tenias.

Entre con todo, decidido a una sola cosa, con mi arma entre mi pantalón. Encontré al bastardo, echado en la cama, después de su maldita perversidad. Me alcé el polo con una mano, como quien saca el arma, lo saque con fuerza, un segundo de pensar, me acerca a ese, le apunte a al cabeza, y se murió todo.

Se murió la idea de sufrir por lo que tú sufres, se acabo la idea de ver a un desgraciado maltratar a una mujer, y se acabo la cólera que tengo.
Miles de mujeres son maltratadas en el mundo, pocas defendidas. Pero lo que se con mas certeza es que hay muchos “hombrecitos” que las hacen sufrir y llegan a acabar con muchas vidas de ellas.

No hay comentarios: